martes. 14.01.2025
FINANZAS HALAL

¿Cuál es el grado ético y moral de nuestros ingresos económicos?

*La creciente indiferencia hacia las fuentes de ingresos no es simplemente una cuestión religiosa: es una crisis moral que amenaza el bienestar espiritual de los individuos y la armonía de la sociedad. Es imperativo despertar de esta indiferencia colectiva para implementar prácticas éticas y halal en todos los aspectos de la vida

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En el mundo acelerado y materialista de hoy, muchos individuos y comunidades parecen haber adoptado una mentalidad peligrosa: la indiferencia hacia la fuente de ingresos económicos.

El hecho de que el dinero se gane a través de medios halal (permitidos) o haram (prohibidos), a menudo pasa a un segundo plano frente a la búsqueda de riqueza y estatus. Esta negligencia no es solo una falla individual sino una crisis moral colectiva.

El Islam, una forma de vida integral, pone énfasis en la pureza de los ingresos equiparando su significado al de la adoración. Ha llegado el momento de tomar conciencia de las profundas implicaciones de este asunto porque nuestro sustento no es meramente un asunto mundano sino espiritual.

Entendiendo Halal y Haram en los ingresos

Conforme a lo definido por los principios islámicos los ingresos halal se refieren a las ganancias obtenidas a través de medios éticos, permitidos y legales. Exige que los negocios, el empleo o el comercio cumplan con los límites establecidos por la shariah. Por el contrario, los ingresos haram abarcan las ganancias obtenidas a través del engaño, la explotación, el interés (usura), el juego, la corrupción o cualquier actividad explícitamente prohibida en el Islam. El Profeta Muhammad (la paz sea con él) enfatizó la importancia de las ganancias halal, diciendo: “Buscar ganancias legales es una obligación después de las oraciones obligatorias” (Hadiz Mishkat al -Masabih)

Por lo tanto, descuidar la fuente de ingresos económicos no es un asunto menor sino una violación directa de las obligaciones islámicas.

El aumento de la indiferencia en la sociedad

Con el tiempo, la distinción entre las ganancias halal y haram se ha difuminado a los ojos de muchos. Varios factores contribuyen a esta alarmante tendencia:

  1. Materialismo y codicia. La sociedad moderna pone un énfasis excesivo en la riqueza material, el éxito y el estatus social. La búsqueda de un estilo de vida lujoso a menudo lleva a las personas a comprometer sus valores morales y éticos. Se celebra el éxito material, mientras que los medios para lograrlo a menudo se pasan por alto o se justifican.
  2. Ignorancia de las enseñanzas religiosas. La falta de conciencia y educación sobre los principios financieros islámicos contribuye a esta indiferencia. Muchos musulmanes no comprenden las consecuencias espirituales de ganar dinero a través de medios haram, incluyendo el rechazo de sus oraciones y súplicas.
  3. Presiones sociales. Las expectativas de la sociedad de poseer los últimos dispositivos, vivir en casas extravagantes u organizar grandes eventos empujan a las personas hacia prácticas poco éticas. El miedo al juicio por no cumplir con estos estándares supera, a menudo, el miedo a desobedecer a Allah.
  4. Normalización de las prácticas haram. En algunas culturas, las prácticas poco éticas como el soborno, las transacciones basadas en intereses o la evasión fiscal están tan extendidas que se han normalizado. Lo que antes se consideraba pecaminoso ahora se ve como un mal necesario o un signo de astucia.
  5. Falta de responsabilidad. Muchas personas creen que sus ganancias son un asunto privado, libre de escrutinio. Esta mentalidad fomenta la falta de rendición de cuentas, lo que permite que proliferen las prácticas haram.

Consecuencias espirituales y sociales de los ingresos haram

Las ramificaciones de ganar dinero a través de medios haram se extienden mucho más allá del individuo. Afectan al estado espiritual de uno, las bendiciones familiares y la estructura moral de la sociedad.

  1. Rechazo de la adoración. El Profeta Muhammad (la paz sea con él) advirtió: “Un hombre que gana ilegalmente, se viste ilegalmente y se alimenta ilegalmente, ¿Cómo pueden sus oraciones ser aceptadas?”. Esto ilustra que las ganancias haram no solo corrompen el alma, sino que también hacen que los actos de adoración sean ineficaces.
  2. Pérdida de barakah (bendiciones). Las ganancias obtenidas a través de medios haram están desprovistas de barakah. Incluso grandes sumas de dinero no logran traer satisfacción, paz o prosperidad al individuo y a su familia.
  3. Erosión de la moralidad. Cuando las prácticas haram se normalizan sientan un precedente para otras erosionando los valores sociales y allanando el camino para la corrupción y la deshonestidad generalizadas.
  4. Daño a las generaciones futuras. Los niños criados con el sustento adquirido a través de medios haram a menudo enfrentan desafíos espirituales y morales. Su educación se enturbia lo que lleva a ciclos generacionales de desatención y desobediencia.
  5. Castigo divino. El Corán advierte explícitamente contra participar en transacciones haram, particularmente usura (interés): “Oh vosotros que habéis creído, temed a Allah y renunciad a lo que os queda de interés, si sois creyentes” (Sura Al-Baraqah 2:278)

Aquellos que persiguen ganar dinero a través de medios haram invitan al desagrado y la reprobación de Allah.

El papel de la responsabilidad individual y colectiva

Abordar este problema requiere acción tanto individual como colectiva. Cada persona debe reflexionar sobre sus propios ingresos, mientras que las comunidades deben fomentar un entorno de responsabilidad y prácticas éticas.

  1. Autorreflexión y arrepentimiento. Las personas deben evaluar regularmente las fuentes de sus ingresos y arrepentirse de las malas acciones del pasado. Allah es Misericordioso y perdona a aquellos que buscan sinceramente Su perdón y se esfuerzan por cambiar.
  2. La educación-conocimiento islámico es la base de la transformación. Las comunidades deben invertir en educar a las personas sobre la importancia de los ingresos halal y las consecuencias de las ganancias haram. Los imanes, eruditos y maestros desempeñan un papel vital en la difusión de esta conciencia.
  3. Promoción de prácticas comerciales éticas. En los negocios se debe predicar con el ejemplo, adhiriéndose a la transparencia, la honestidad y la equidad. Los empleadores deben asegurarse de que sus empleados reciban un pago justo y puntual.
  4. Apoyo social y rendición de cuentas. Las familias y las comunidades deben apoyar a las personas que enfrentan dificultades financieras, alentándolas a ganar dinero a través de medios halal en lugar de recurrir a prácticas poco éticas. Los líderes comunitarios deben abordar problemas generalizados como el soborno o la explotación, fomentando un entorno de rendición de cuentas.
  5. Abogar por el cambio sistémico. A un nivel más amplio, los gobiernos y las instituciones deben combatir la corrupción, reformar los sistemas financieros y ofrecer opciones de préstamos sin intereses. Los sistemas bancarios islámicos deben ser promovidos y puestos a disposición de los individuos.

Un llamado a la acción

La creciente indiferencia hacia las fuentes de ingresos económicos no es simplemente una cuestión religiosa:  es una crisis moral que amenaza el bienestar espiritual de los individuos y la armonía de la sociedad. Es imperativo despertar de este desconocimiento e indiferencia colectiva para implementar prácticas éticas y halal en todos los aspectos de la vida.

Asegurémonos que cada bocado que comamos, ropa y objetos que consumamos y cada céntimo que gastemos sea limpio y agradable a Allah. Sólo entonces podremos esperar alcanzar el verdadero éxito en este mundo y en el Más Allá.

 Fiaz Maqbool Fazili, doctor en medicina y graduado en estudios islámicos

Texto extraído de kashmirobserver.net

¿Cuál es el grado ético y moral de nuestros ingresos económicos?