miércoles. 30.04.2025
MARRUECOS LO HARÁ MAÑANA LUNES

Un Eid al Fitr falto de júbilo

/ En España, las organizaciones que se apresuran en publicar en redes sociales el comienzo y fin de estas festividades, tales como la Comisión Islámica y lo que queda de aquella afable FEERI de Mansur Escudero, creen que haciendo eso, una simple nota con algunas líneas, muchas veces mal escritas, han dado por cumplida su labor, y ya hasta la próxima. Es lo único que hacen, y con tan mísero bagaje se arrogan representatividad y calidad de interlocución con el Estado

/ Con Adlbi, Benjellooun, Ajana y tantos otros, nada que celebrar

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La definición de Umma es una comunidad de creyentes unidos por un propósito común, que es adorar únicamente a Dios, haciendo de la fe un objetivo común y fomentando entre sus miembros vínculos fuertes y estables en el tiempo, a la vez promoviendo nexos entre todas las criaturas.

La Umma en el Islam  es un grupo de personas de diversos orígenes, ascendencias, ubicaciones y nacionalidades. Son una comunidad sin fronteras, unidos en una forma muy real. Aunque separados por la distancia y, a menudo limitados por las fronteras, están unidos. Son una nación o comunidad unida bajo la guía del Único Dios.

No son pocas las citas recogidas en el Corán sobre el concepto de Umma. Uno de los muchos propósitos del concepto Umma consiste en que si te sientes pertenecer a dicha nación-comunidad proceses como tuyos los estados de sufrimiento de tus hermanos en la fe, o lo que es lo mismo, si uno sufre, sufren todos; y si uno vive momento de alegría, hacerse partícipes de su regocijo.

Ahora con el fin de Ramadán surge la emoción por haber culminado todo un mes de ayuno, de ahí que el día después implique festividad, o lo que conocemos como Eid al Fitr, festivo de vuelta a la toma de alimentos; Fitr viene a significar primera toma de alimento, en la práctica: romper ayuno/desayuno.

Eid al Fitr comienza con una oración multitudinaria. La Umma debe reunirse y orar en comunidad. A diferencia de las oraciones diarias, el rezo del Eid no precisa llamada de oración. Los fieles se reúnen en mezquitas y lugares al aire libre debidamente acondicionados, también llamados Musal-la. Son espacios destinados al rezo en las dos festividades más importantes en el Islam: Eid al Adha y Eid al Fitr.

La Musal-la es un espacio suficientemente grande y con aforo suficiente para acoger a todos los fieles, condición que las mezquitas muchas veces no reúnen. Otro de los propósitos es reforzar vínculos entre los fieles. Es una de las muchas expresiones de la Umma.

La oración que da fin al Ramadán consiste en realizar dos arracas (genuflexiones de entrega a Dios), según dispone la Sunna y sin previo aviso por el muecín ni indicación de incorporarse. En ambas se pronuncia siete veces la fórmula < ¡Dios es el más grande!>, sin contar la vez que se recita en el momento de la sacralización. En la segunda se pronuncia siete veces sin tener en cuenta la vez que se pronuncia en el momento de incorporarse. Seguidamente, el imam comienza su homilía, y cuando la de por finalizada pronunciará las palabras 3idukum Mubarak (vuestra festividad es bendita), lo que da por iniciado el comienzo de la festividad. El Eid al Fitr de este año se presenta amargo y difícil de celebrar si pensamos en Gaza.

En España, las organizaciones que se apresuran en publicar en redes sociales el comienzo y fin de estas festividades, tales como la Comisión Islámica y lo que queda de aquella afable FEERI de Mansur Escudero, creen que haciendo eso, una simple nota con algunas líneas, muchas veces mal escritas, han dado por cumplida su labor, y ya hasta la próxima. Es lo único que hacen, y con tan mísero bagaje se arrogan representatividad y calidad de interlocución con el Estado.

Manejan un concepto de Umma que resulta despiadado y muy distante de aquel que preconizaba el Profeta del Islam, sws. El de esta gente es un concepto arraigado en el dinero, en obtener capacidad de influencia, en acaparar espacios de decisión, y sin más encomienda que las subvenciones del Estado se mantengan para su provecho propio.  Más de 50.000 muertos en Gaza no han merecido una sola línea de estas entidades; menos aún, una mínima reacción de rechazo a todas esas masacres que nos dejan sin habla.

Son los Adlbi, los Ajana, los Benjelloun, etcétera, etcétera. Ellos son los que han fecundado una Umma insolidaria, artificial, altamente contaminante y carente de cualidades intrínsecamente humanas. Y para fabricar esa aberración tan solo han necesitado 33 años.

¿Celebrar qué?

A la Umma, la original, le pesa lo de Gaza  y todo aquello que haga sufrir a cualquier ser humano, sea musulmán o no. Puestos a mirar con ojo  crítico todo aquello que tanto daño hace a los musulmanes de España, pues este país merece una Umma en condiciones, que fomente la tolerancia, la comprensión mutua y que sus dirigentes establezcan las medidas necesarias para promover una sociedad de futuro y sin sobresaltos de ningún tipo. Salta que son ellos, que son ellos el mayor dolor, elementos tóxicos que han desprovisto de deshonor a toda una comunidad.

Ellos son la razón de una aflicción sin medida, los protagonistas de una conjura sobre los buenos hábitos, o como decía Tagore: “El hombre es bueno; los hombres son malos”, haciendo referencia a su condición natural si la misma está desprovista de deseos de riqueza y poder social. Ellos son los malos, los perniciosos, los nocivos. Son los que han dilapidado el concepto de Umma, los que han sembrado y cultivado semillas de división y practicado caciquismo sin piedad.

Para ellos la Umma solo ha sido –y seguirá siendo- una herramienta para obtener poder, y lo que surja.

Un Eid al Fitr falto de júbilo