Por si alguien no lo tenía claro el mundo como tal está dominado por un puñado de personas muy poderosas, que serán quienes dirijan las acciones de los dirigentes de muchos países. España depende y mucho de la deuda externa que tiene, de hecho ha pasado de un 35% al 120%, pero esto tiene diferentes interpretaciones, una de ellas es el porcentaje con respecto al PIB, otra es la capacidad del país para pagarla y la tercera y más interesante, es con quien tenemos contraída la deuda. Hay países que tienen deudas consigo mismos, hecho que ofrece cierta tranquilidad, pero a diferencia de nosotros, el 80% está en manos extranjeras, lo que significa que solo somos títeres de aquellos que dictan a nuestros dirigentes las decisiones que deben tomar.
El poder consiste en la capacidad de influir sobre los demás y esta posibilidad solo está en manos de grandes instituciones financieras y de empresas transnacionales, cuya acción es influir en las dediciones políticas de otros. Aparte de lo que se rumorea respecto a que Marruecos influye en las decisiones de nuestros gobernantes sobre Ceuta y Melilla, lo expuesto anteriormente no habría que perderlo de vista.
Otra de las versiones es que el mundo se encuentra regido por los dirigentes de los países más importantes como es el caso de China, Estados Unidos y Rusia, pero según los expertos vivimos en un mundo tan volátil y complejo, que hace que la gobernabilidad mundial tenga muchas más aristas que en el pasado.
Los diferentes presidentes del Gobierno de nuestro país no siempre pueden permitirse el lujo de llevar políticas que prefieran para nuestra nación. La mayoría de las reformas que se están llevando a cabo les están siendo impuestas por mercados financieros y por la propia Unión Europea, este sistema de interconexión está demandando un tipo de gestión diferente a la de antaño, pasando a uno más eficaz e inteligente.
Estamos envueltos en un momento de transición donde aún no ha llegado el nuevo mundo, pero tampoco ha dejado de existir el viejo. Esta situación tan radical nos está llevando a pensar a que las multinacionales están decidiendo el destino del mundo.
Un claro ejemplo de que los poderosos gobiernan países en la sombra lo tenemos en Marruecos, donde el primer Ministro Aziz Ajanuch, el segundo hombre más rico del país después del rey, es quien supuestamente toma las decisiones en el reino alauí, demostrando que las personas poderosas de verdad no salen en fotos, se dedican a mover los hilos que a ellos les interesa mover.
Y como dijo John Adams, segundo Presidente de Estados Unidos: “Hay dos formas de conquistar y esclavizar a una nación, una es con la espada, la otra con la deuda”.