Ni creo estar descubriendo la rueda cuando digo que hablar de España en términos informativos de actualidad es un completo cachondeo supraterrenal, ni quiero que nadie se me moleste cuando me vea disfrutar dando toda esta sarta de tonterías convertidas en titulares de alto copete. Una cosa lleva a la otra, yo sólo añado unas gotas de mi bálsamo favorito, mi devoción por la información y por la política, una combinación maliciosa que lleva al cadalso a quienes osan intentar ganarse la vida con ella, pero que a mí es la que más atrae, la que llena de satisfacción mi espíritu cuando tecleo en el ordenador y casi la única que me permite autolimpiarme interiormente y empezar cada día a reemprender la vida como si acabara de renacer.
Curioso, lo sé, y ojo que llevo años intentando que sean otras las pasiones que completen de manera más ordinaria mi extraño e irresuelto espíritu. El misterio, los viajes y las ganas de vivir, son elementos que trabajan en los últimos tiempos con entusiasmo la conquista de un interesante porcentaje de mi tiempo, aunque ese es tema de otra opinión.
Hoy estamos aquí para hacernos eco de una serie de titulares que, además de ser los que mayor espacio ocupan en los medios, he unido a criterio propio, para dar sentido a lo que quiero explicar y aprovecharme de ellos para rellenar con cierta sorna y gran dosis de ironía estas primeras líneas con aire fresco, nombre con el que titulo mi programa de radio y que ahora compruebo fue la mejor idea que tuve hace ya siete años.
Sabemos por boca de quienes más están sufriendo la guerra en Ucrania, que de no haber sido por la valentía y el heroísmo de un pueblo que nos demuestra a diario como se defiende un territorio por muy grande que sea tu enemigo, esa guerra, esa locura, esa sin razón, es muy probable que ya hubiera asaltado esas fronteras y a día de hoy la tuviéramos mucho más cerca de nosotros. Sólo por ese motivo ya se justifican todos y cada uno de los esfuerzos que las naciones aliadas están haciendo para ayudar a corregir esta anomalía e intentar subvertir esta paranoia del hijo de Putin que mal gobierna a un pueblo ruso confundido y engañado. Toca esperar que las tuercas se aprieten un poco más y este cacique acabe pronto en alguna cuneta fruto de una comida indigesta, por poner algún ejemplo…
De vuelta por nuestro país y sin ninguna ganan, no queda más remedio que tratar de nuevo el podrido ambiente que rodea a un fútbol femenino desaparecido como deporte y convertido en escándalo nacional, cuyo juego, valga la ironía, ya no atrae a casi nadie. Ahora dicen estas chicas “tan mal tratadas” que no saben ni porque han echado a Vilda, del cual pidieron su cabeza hace ya más de un año, les hizo campeonas del mundo, y han terminado por fulminarlo hace escasas semanas. Ver para creer. Cuando escuchamos que las cabezas no están bien, declaraciones como esta lo reafirman. Y es que las anomalías de la naturaleza tienen difícil corrección.
Siempre nos quedará Yolanda Díaz como analgésico contra el mal humor. Me ilusiona pensar que en ese Plan B con naves espaciales incluya a estas jugadoras de la selección femenina de fútbol, y nos haga el favor a los pobres terrícolas, de llevárselas a ese mundo imaginario que sólo existe en su deteriorada cabeza. ¿No da vértigo recordar que han sido 3 millones de españoles los que han votado a esta simpleza encargada de negociar la gobernabilidad de nuestro país?
Fue la primera que cometió el presunto delito de reunirse con un prófugo de la justicia siendo alto cargo de la administración, y son ahora estos los que reconocen que la amnistía lleva pactada hace más de un mes, riéndose incluso del que les facilita la autopista hacia el cielo de la indignidad, diciendo que van a seguir hablando en castellano en el Congreso porque así se les entiende mejor. Valiente bofetada del que primero te chantajea, y conseguido el premio te lo tira encima porque para nada le valía. Ver para creer lo que está pasando en España.
Y todo esto sucede en uno de los días marcados en el calendario para que el ganador de las elecciones del pasado 23 de julio, inicie su debate de investidura, fallida según todos, y esperanzadora para aquellos que, de manera un tanto infantil, seguimos creyendo que resulta todo tan surrealista que algún diputado habrá capaz de frenar este disparate que acabará llevándonos por delante a todos, incluso a ellos.
