Una sentencia que da que pensar
La sentencia de la Audiencia Nacional que absuelve a los miembros de la Comisión y de la Ucide debe servir como punto de inflexión para mejorar los procedimientos de dos organizaciones que en todo momento no han sabido desprenderse del hábito de la opacidad y que tampoco han sabido proveerse de mecanismos acordes con los tiempos que vivimos, especialmente quienes adolecen de una formación académica y de un mundo que se mueve rápido y con clara tendencia hacia la diversidad.
El auto de la Audiencia no puede servir para que los ahora libres de cargo lo interpreten como señal de acopio de razón y motivo para aumentar aún más los ingredientes que acostumbra para cocer un modelo de gestión que ha demostrado ser ineficaz y contrario a los postulados del Islam en cuanto a gestión abierta y de acceso ilimitado.
Los ciudadanos musulmanes de España exigen un nuevo rumbo en la gestión de sus asuntos, de modo que sus vidas palpen mejoras y que su condición no suponga rechazo. Se hacen necesarias nuevas conductas y nuevas formas de planificar, tanto como que el mérito, la capacidad y la publicidad sean el norte a seguir, dejando atrás tiempos de sectarismo y de influencias por razón de amistad y/o de parentesco.
Vivimos tiempos difíciles para el Islam. Un Islam inocente y que debe el rechazo al que es sometido por méritos de una gran mayoría de creyentes que no hacen uso de herramientas tan básicas como guardar y observar una mejor actitud en sus acciones diarias y sin tener en cuenta el posible daño colateral al nombre de la religión que profesan.
En este sentido, cabe señalar a los miembros de la Comisión y de su mentor Ucide por la falta de disponibilidad de programas de refresco de imagen del Islam. La carencia de planificación en este campo, así como en otros, es totalmente manifiesta, lo que impide hacer frente a las incursiones –cada vez más severas- de grupos como Vox y otros.
Es momento de que los responsables de la Comisión Islámica tomen buena nota de la situación y que la sentencia absolutoria no la conviertan en almohada y colchón para un nuevo tiempo de hibernación.