La Federación Española de Entidades Religiosas Islámicas, FEERI, organiza un congreso en Zaragoza bajo el lema: “La Comunidad somos todos”
/ El cartel anuncia la intervención de su presidente, Mounir Benjelloun, el día 20 de diciembre, a las 10.00 horas en la mezquita Al Quds, en la calle Cereros, 14-16 de la capital aragonesa
/ La Real Academia de la Lengua debería tener atribuciones suficientes para sancionar el uso indebido de las letras. Ya cualquier cosa se denomina "Congreso", "Comunidad", "Comisión Islámica" "Federación"...
El cartel anuncia la intervención de su presidente, Mounir Benjelloun, el día 20 de diciembre, a las 10.00 horas en la mezquita Al Quds, en la calle Cereros, 14-16 de la capital aragonesa.
El anuncio, uno más de los que se viene anunciando por toda la geografía española, reproduce la absoluta desunión existente entre los musulmanes de España, o mejor dicho, entre los dirigentes de las muchas federaciones existentes y que aglutinan a las más de 1800 entidades de carácter religioso existentes en el país. Tantos para tan poco.
El cartel anticipa que el presidente de la Feeri disertará sobre el pasado y futuro de la comunidad, pero no dice cuál, si la suya propia o la de todas aquellas personas que conforman el colectivo de ciudadanos de confesión musulmana en España. La Feeri no es la más adecuada para abordar un tema tan delicado y de profundas connotaciones como es el asunto de la comunidad como eje social y aglutinador de ideas y vivencias, pues su concepto de la misma es tan peculiar que abruma por su forma de acotarlo en torno a unas ideas de interpretación religiosa que ahuyentan cualquier acercamiento libre y con abanderamiento propio.
Son ya muchos los años que la Feeri lleva sin promover propuestas para mejorar la vida de los ciudadanos musulmanes en España. Tanta parálisis no parece haber afectado a sus promotores y mentores que siguen postulándose como solución cuando ellos mismos son el problema. De la Feeri queda poca cosa, por no decir que es simple atrezo. El espíritu de aquella Feeri que impulsó Escudero desapareció con él dejando lo que hoy es un simple campo para las intervenciones de un reducido grupo que vive en su particular universo, muy alejados de la realidad actual y cuyo manejo depende del interés del momento. La opacidad en su gestión y el recurrente y ya manido contenido del que se sirve su presidente para enfocar asuntos de interés, resulta cansino, monótono y caduco.
No se puede vivir de las viejas “glorias” ni apostar su futuro en el discurso victimista de traiciones en el seno de esa inútil e irrelevante Comisión Islámica de España, que tampoco sirve para nada, antes denostada y con la que ahora comparten mesa y mantel. Una de las grandes dolencias, ya crónica en la Ferri, es la falta de criterio serio y eficaz. Están más en sus obsesiones “académicas” y en la edulcoración de unos diplomas de esa “universidad” de la que tanto se enorgullecen y que no es más que un refugio de ideas, muchas veces bendecidas por prominentes invitados de movimientos proscritos en país vecino. Proselitismo religioso con intervencionismo de dudosa procedencia y que promulga docilidad y conformismo social para no interesar posibles focos de atención hacia un adoctrinamiento con muchos claroscuros.
A la vista de lo publicado en la entrega de los últimos diplomas, la IUUS puede presumir que también es convento, y que tanto alumnas y profesores hacen de la noche motivo para la vigilia nocturna y rezos extraordinarios. Un hecho inédito en el universo de la educación superior, aunque tal rango no es aplicable a esa suerte de paraninfo de la que presume su rector magnífico. Un caso único.
La Feeri, junto a toda esa aura de opacidad en la que ha enrolado en los últimos años, no son las herramientas más eficaces para encarar un asunto de tanta relevancia como es el de la Comunidad. Ni está facultada ni está legitimada para hacerlo, pues nunca exhibió preocupación sincera sobre el asunto tan trascendente.
Ya pueden seguir organizando congresos, conferencias o eventos académicos, incluso regalando detalles, tal como afirma el anuncio, que ningún beneficio trascenderá a la sociedad que vive convulsa por la creciente derechización política y la exacerbación de conflictos sociales. Y como prueba fehaciente, los muchos años apareciendo sin estar en lo que realmente importa y conviene.
Son los dirigentes musulmanes de España. Un trigal difícil de entender; menos aún, para comprender.