CEUTA, CIUDAD DE UNOS POCOS

Un albergue social a cambio de votos: continúa el ‘romance’ de Vivas con los no adscritos

/ El presidente de Ceuta sigue moviendo fichas en la Asamblea y ‘destrozando’ partidos políticos mediante licitaciones o puestos de trabajo asegurados con un único objetivo: apoyos

No da puntada sin hilo el presidente de Ceuta, Juan Vivas, en la particular partida de ajedrez que juega en la Asamblea desde hace 25 años. Comenzaba la legislatura con nueve diputados el Partido Popular y con la obligación de asumir que el MDyC iba a ser parte importante del Gobierno gracias a sus tres representantes en el pleno, pero poco a poco el partido localista ha ido perdiendo fuelle (y miembros como Mohamed Ali Duas, que está en la cárcel por el asunto del narcotúnel), por lo que la estrategia del alcalde ha virado y, de momento, está dando sus frutos.

El MDyC, con su lideresa al frente, cambió las estrategias del juego favoreciendo a quien otrora denostaba. En el zoco de la política todo tiene un precio. El último movimiento del mandatario popular: un albergue social a cambio de votos.  

Las sospechas florecieron esta semana cuando la Ciudad Autónoma sacó una licitación “urgente” con un presupuesto base de 2.849.837,85 de euros para la adquisición de un edificio que será destinado en el futuro a crear un albergue social para personas sin hogar. La memoria descriptiva tiene unas condiciones muy concretas que ya han hecho saltar las alarmas: 650 metros (25 puntos), ubicación próxima a la Consejería de Asuntos Sociales (30 puntos).

Requisitos: capacidad para alojar a un mínimo de 45 personas, habitaciones dobles con aseo incorporado, dos habitaciones accesibles, un salón comedor office de al menos 55 m2, un aula de 20 m2 y dos despachos de 10 m2. ‘Casualmente’, hay un edificio enfrente de Regulares que reúne todas las condiciones y está a nombre de la hija del único socio de Navil Rahal en el asunto de los módulos del Eid, diputado díscolo del PSOE que está dando su apoyo al Partido Popular en la Asamblea. En resumen: el inmueble ya existe. La Ciudad, con fondos europeos, va a pagar por un inmueble en Hadú unos 4.000 euros el metro cuadrado, cuando el coste en la zona no supera los 1.000.

Los socialistas ya se han pronunciado al respecto -de forma comedida y sin dar nombres- y han anunciado que incluso irán a Fiscalía o al Tribunal de Cuentas (ya veremos si cumplen lo manifestado)  por las irregularidades de un proceso que ha estado licitado unos 15 días y del que ni siquiera se han mostrado públicamente las empresas que han querido optar, algo inusual cuando se trata de un concurso ya cerrado.  El nuevo secretario de los socialistas, más preocupado por la descomposición a la que tiene que hacer frente, parece haber perdido la facultad de escudriñar -a la que se debe todo político- todo lo que se cuece en la sala de máquinas de todo ruedo político.

El propio Rahal consiguió ‘colar’ hace unos días en el pleno durante la aprobación de la modificación de créditos al Presupuesto de la Ciudad Autónoma una “suplementación” de otros 150.000 euros destinados para la Comisión Islámica. Una enmienda que ha pasado sin pena ni gloria por la Asamblea, pero que ha salido adelante. Los 140.000 euros que recibió la entidad ‘religiosa’ hace unos meses no fueron suficientes para el ‘sinfín de actividades’ que llevan a cabo durante el año, por no decir, ninguna, ni en Ceuta ni el resto del país. Siendo Ceuta la única ciudad de España que otorga subvenciones a una entidad que ya recibe cuantiosos fondos del Estado.

En esta ocasión se esgrimen justificaciones idénticas a las que sustentaron la concesión de los 140.000€. Llama la atención que se afirme que son para rehabilitar mezquitas, sus equipamientos, mantenimientos… labor que ya realiza Marruecos desde hace años.

Juego de trileros

El ‘filón’ que ha visto Vivas en prometer beneficios a cambio de votos ha destruido a media Asamblea hasta la fecha. El PSOE empezó la legislatura con seis diputados, de los que tres ya se han ido al bando de los ‘no adscritos’ y  que rinden pleitesía al Partido Popular.

Ellos son Fidda Mustafa, Hikma Mohamed y Navil Rahal. Por otro lado, Teresa López, diputada de Vox desde el comienzo de la legislatura y que ahora se ha ‘subido al carro’ de los no adscritos, también ha recibido un suculento premio por ‘regalarle’ votos al presidente Vivas: la han ‘colocado’ en el equipo de comunicación del recién ascendido AD Ceuta FC, algo que causó cierto sonrojo a pie de calle cuando fue vista en la televisión en los últimos encuentros de la temporada cuando acababa de ‘decidir’ trasladarse al otro bando por diferencias con la formación que lidera Juan Sergio Redondo.

Las cuentas salen con precisión suiza. El Partido Popular comenzaba la legislatura con nueve diputados cuando para conseguir la mayoría en la Asamblea hay que alcanzar los 13. MDyC, que solo sumaba tres hasta el ‘escándalo’ de Duas tampoco era la opción favorita del Gobierno por evidentes diferencias ideológicas, pero con dos es una formación aún menos atractiva.

La suma es sencilla: nueve diputados más Fidda Mustafa, Hikma Mohamed, Navil Rahal y Teresa López hacen un total de trece. Mayoría absoluta. Licitaciones aparentemente opacas y destinadas a ‘socios’ de la Asamblea o trabajos con un sueldo de decenas de miles de euros al año en cualquier empresa -o equipo- afín serán suficiente para sacar adelante cualquier propuesta.

Al ‘estratega’ de Vivas le han bastado dos años para ganar la partida de ajedrez. Ya en el tablero tan solo quedan peones.  La Asamblea ya es de color azul y esta será la tónica de lo que queda de legislatura hasta 2027. Dinero y favores a cambio de votos.

Un peaje que pagan los ciudadanos de Ceuta a través de unos  Servicios Tributarios inclementes, para luego dárselo sin contraprestaciones a toda esta pléyade de buscavidas que no encontraron mejor sombra que la de la política y la de Vivas.

Y mientras ellos se reparten el pastel, Ceuta se cae a pedazos.