Un estudio realizado por el profesor iraní Hossein Askari, especializado en asuntos internacionales, “Índices de Islam”, Indices of Islamicity, en inglés, concluye que los países occidentales encarnan mucho mejor los valores del Islam que aquellos otros en los que el Islam forma parte sustancial en sus sistemas de gobierno.
Askari, profesor de la Universidad George Washingon, ya realizó en 2014 un estudio de características parecidas, concediendo en aquel año el liderazgo a Irlanda, seguida por Dinamarca, Suecia y Reino Unido.
Las cosas, según Askari, no han cambiado mucho, y las enseñanzas del Corán siguen estando mejor representadas en las sociedades occidentales que en los países musulmanes. El análisis realizado a 208 países y territorios así lo certifica.
Ni en el estudio de 2014 ni en el de 2018 ningún país de mayoría musulmana se situó entre los 25 primeros. En una entrevista con la BBC, Hossein Askari, profesor de Negocios Internacionales y Asuntos Internacionales de la Universidad de George Washington, dijo que un estudio realizado por él mismo y su colega, Dr, Scheherazde S. Rehman, que “cuando se aplicó el "indice Islamicity" solo Malasia, país musulmán, ocupaba el puesto 33 y Kuwait el 42, así entre en los primeros 50 países, en comparación con los EE.UU, que se encuentra en el 15, al igual que Países Bajos, mientras que Francia se encuentra en el 17. Arabia Saudita, cuna del Islam, ocupa el puesto 91 y Qatar el 111 en la clasificación. Lo que hace buena la máxima árabe: “el que está cerca de Meca, está lejos de ella”.
Askari acusa a los países musulmanes de “hacerlo muy mal", así como que “usan la religión como instrumento de poder”. “Hay que destacar – siguió diciendo Askari- que muchos países que profesan el Islam y son llamados musulmanes son injustos, corruptos y poco desarrollados y no son de hecho musulmanes en ningún tramo de la imaginación".
Askari lo tiene claro: "Cuando un país, la sociedad o comunidad muestra características como gobernantes no electos, corruptos, opresores e injustos, la desigualdad ante la ley, la desigualdad de oportunidades para el desarrollo humano, la falta de libertad de elección (incluida la de la religión), la opulencia junto con la pobreza, la fuerza y la agresión como instrumentos de resolución de conflictos en lugar de diálogo y la reconciliación y sobre todo, la prevalencia de la injusticia de cualquier tipo, es a primera vista una evidencia de que no es una comunidad musulmana”.
"El Islam es, y ha sido durante siglos, la articulación del amor universal de Dios por su creación y por su unidad, y todo lo que esto implica para todo lo que abarca el desarrollo humano y económico", concluye el profesor.
En el índice correspondiente a 2018, Marruecos ocupó el puesto 94 de un total de 153 países en todo el mundo, y el 15 de 40 países musulmanes.
En el frente legal y en calidad de gobierno, Marruecos ocupa la posición 69 con una puntuación de 5.14, y el puesto 85 en desarrollo económico, con una puntuación de 4.54.
Los criterios de evaluación se fundamentan en el respeto a los derechos humanos y desarrollo económico, las leyes, formas de gobierno y derechos políticos, así como el enfoque que imprimen a sus relaciones internacionales, en lugar de las creencias religiosas personales u otras prácticas islámicas como la oración, el ayuno o peregrinación.
En cuanto a los aspectos de derechos humanos y relaciones internacionales, Marruecos no sale muy bien parado y queda relegado a la parte inferior de la tabla, en los puestos 132 en cuanto a derechos humanos y en el 114 en lo referido a relaciones internacionales.
La lista está liderada por Nueva Zelanda, seguida por Suecia, los Países Bajos, Irlanda y Suiza, siendo estos países los mejores en términos de desarrollo económico y derechos humanos, Justicia, gobernanza y relaciones internacionales.
Es a partir del puesto 44 cuando aparecen algunos países árabes como los Emiratos Árabes Unidos y Qatar, pero muy por detrás de Albania y Malasia.